Coches

La transición al coche eléctrico en Europa podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte en casi un 45%.

Electrificación de coches en España

En España, se dirige hacia un sistema de transporte neutro en carbono para 2050, vendiendo exclusivamente coches de cero emisiones a partir de 2035. 

Los coches eléctricos de batería son actualmente la tecnología más eficiente y práctica disponible, emitiendo casi tres veces menos CO2 en su ciclo de vida que los vehículos de gasolina o diésel equivalentes.

Una transición necesariamente justa y sostenible

La transformación hacia la movilidad eléctrica debe ser sostenible y justa, modernizando la fiscalidad, incrementando la producción y adaptando las cadenas de suministro. Los fabricantes de automóviles deben establecer objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de los vehículos nuevos. Se propone retirar los últimos coches emisores de la carretera antes de 2050, prohibiendo la venta de vehículos con motores de combustión interna para 2035.

Para garantizar que la transición a la electromovilidad sea lo más sostenible y socialmente justa posible, en Europa tenemos la capacidad de garantizar que la cadena de suministro de baterías sea ecológica, ética y líder en el mundo. España debería apoyar iniciativas europeas en ese sentido, ya que los avances en la tecnología de las baterías y el reciclaje permiten reducir considerablemente la cantidad de materias primas necesarias. Mientras tanto, las nuevas normas de la UE abordarán la preocupación por los posibles abusos de los derechos humanos relacionados con la extracción de materias primas para baterías. Además se deberá promover la fabricación de vehículos más pequeños y limitar el crecimiento del parque vehicular con el objetivo de reducir la necesidad de materias primas y promover la eficiencia en el transporte.

La electrificación de flotas: objetivo con gran potencial a corto plazo

Las flotas de empresas son esenciales para descarbonizar el transporte por carretera en España. Se aboga por la electrificación total de las flotas corporativas para 2030 y el despliegue masivo de infraestructura de recarga para asegurar una transición fluida hacia los vehículos eléctricos en la próxima década.