El sector europeo de la aviación prevé duplicar su tráfico de pasajeros de aquí a 2050 y agotará su presupuesto de carbono ya en 2026, según un nuevo estudio del grupo ecologista T&E (Transport & Environment). Los responsables políticos deben actuar con rapidez para hacer frente al crecimiento de los aeropuertos, los vuelos frecuentes y la exención fiscal del sector.
El tráfico aéreo de pasajeros desde los aeropuertos de la UE será más del doble en 2050 que en 2019, si se cumplen las previsiones de los fabricantes de aviones Airbus y Boeing. Un nuevo análisis de T&E muestra que los aviones quemarán un 59% más de combustible [1] en 2050 que en 2019, a pesar de las mejoras en eficiencia. Concretamente, en 2050, los aviones que despeguen de los aeropuertos de la UE seguirán quemando 21,1 millones de toneladas de queroseno fósil, lo que equivaldría a una extracción anual de 1.900 millones de barriles de petróleo crudo [2].
Cada vez más, los aviones van a utilizar alternativas al queroseno fósil denominadas combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés). Pero debido a su crecimiento exponencial, en 2049 el sector podría estar quemando tanto queroseno fósil como en 2023, incluso utilizando un 42% de SAF, como exige la ley de la UE sobre combustibles sintéticos. Las aerolíneas tienen dos alternativas principales al queroseno: los biocombustibles, que son a menudo insostenibles, y los electrocombustibles, fabricados a partir de electricidad renovable. Según el nuevo estudio de T&E, en 2050 la aviación europea podría utilizar 24,2 millones de toneladas de bioqueroseno. Pero 4 de cada 5 litros procederán de materias primas que no son realmente sostenibles.
Aunque los electrocombustibles son mucho más sostenibles y escalables que los biocombustibles, no podrán seguir el ritmo de este sector en rápido crecimiento. La ley europea SAF (Refuel Aviation) exige una mezcla del 35% de combustibles sintéticos para 2050. Si se cumplen las previsiones de crecimiento del sector, esto se traduciría en 24,2 millones de toneladas de queroseno sintético. Pero como los electrocombustibles requieren mucha energía para su producción, las necesidades energéticas de la industria aeronáutica europea serían superiores a la demanda total de electricidad de Alemania en 2023 (506 TWh).
Mientras que algunos agentes del sector argumentan que no se pueden comprar SAF y que esto está limitando la reducción de emisiones en el sector, T&E señala que, a este nivel de crecimiento, los beneficios de los SAF quedarán anulados. Los SAF sólo son una solución viable si los niveles de tráfico no crecen exponencialmente.
Según los escenarios de crecimiento de Airbus y Boeing, en 2049 las emisiones de la aviación europea sólo serán un 3% inferiores a las de 2019 [3]. Y en 2050, cuando la UE se haya comprometido a alcanzar un nivel neto cero de emisiones de GEI, el sector seguirá emitiendo 79 millones de toneladas de CO2. A este ritmo, el sector europeo de la aviación agotará su presupuesto de carbono en 2026, según T&E.
Bosco Serrano Valverde, Responsable de Combustibles Sostenibles para Aviación y Marítimo, en T&E España: «Las cifras dejan sin palabras. Los planes de crecimiento del sector de la aviación son totalmente irreconciliables con los objetivos climáticos de Europa y la magnitud de la crisis climática. En un año, el sector habrá superado su asignación de carbono. Es necesario un cambio de paradigma y un verdadero liderazgo climático para abordar el problema, o los aviones europeos se comerán los recursos de todos los demás. La credibilidad del sector está en juego».
La Comisión Europea ha establecido un plan para reducir sus emisiones en un 90% de aquí a 2040 con respecto a 1990. Todos los sectores, incluida la aviación, tendrán que abordar su impacto climático. Basándose en la evaluación de impacto de la Comisión Europea, T&E constata un crecimiento medio anual del 1,4% entre 2023 y 2050, un 60% inferior a las previsiones de crecimiento de Airbus y Boeing. Incluso esta proyección de crecimiento más bajo dará lugar a un aumento de las emisiones del 46% en 2040 en comparación con 1990, lo que no es suficiente para alcanzar el cero neto. T&E advierte de que la aviación tendrá vía libre mientras otros sectores se tienen que descarbonizar.
Por ahora, la Comisión Europea no tiene planes concretos para limitar el crecimiento del sector de la aviación en su objetivo para 2040. Si no se introducen políticas para abordar el crecimiento, las emisiones de la aviación en Europa no disminuirán lo suficientemente rápido. T&E insta a la Comisión Europea a presentar propuestas para poner fin al crecimiento de las infraestructuras aeroportuarias en Europa, mantener los viajes corporativos en el 50% de los niveles de 2019, abordar los vuelos frecuentes y revertir la exención fiscal del sector. Sin estas medidas, si se materializan las previsiones de Airbus y Boeing, T&E estima que, a escala europea, podrían emitirse 960 millones de toneladas de CO2 adicionales entre 2023 y 2050, en comparación con la modelización de la Comisión Europea.
«Aplaudimos el objetivo de la Comisión Europea de reducir las emisiones en un 90%, una cifra que supera a la de todo el mundo. Pero este objetivo carece totalmente de sentido sin políticas concretas para reducir las emisiones de la aviación. A lo largo de su historia, el sector ha recibido innumerables pases libres; ahora es el momento de cambiar de rumbo. La UE tiene que presentar un plan para hacer frente a las toneladas y toneladas de emisiones de la aviación que se liberan a la atmósfera cada año», ha concluido Bosco Serrano Valverde.
Por su parte, Marcos Raufast García, de ECODES, ha añadido: "Tanto los Estados Miembros como la Unión Europea deben tomar decisiones conjuntamente para la reducción de vuelos. La incorporación del combustible sintético y de residuos, la mejora de la eficiencia de las aeronaves y otras medidas no serán suficientes por sí solas. Es la única manera para revertir una tendencia que afecta seriamente a la salud de la ciudadanía mediante el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero."
Si bien es cierto que el turismo que se recibe en España mediante la aviación constituye un notable revulsivo económico, no se pueden desdeñar los potenciales efectos nocivos aparejados, que ya son apreciables en algunas zonas. Esta recepción desmedida de turismo en España ha transformado lo local pero no siempre para bien, y es que los inconvenientes son claramente perceptibles. El máximo exponente de esta problemática, se da quizás actualmente en las Islas Baleares, donde de enero a julio de 2024 se registró un total de llegadas de 4.2 millones de pasajeros a nivel internacional.
El incremento del turismo ha generado problemas ambientales, como la escasez de agua, y la contaminación y el aumento de residuos deteriorando el ecosistema de las playas y bosques.
Por tanto, el paradigma del turismo debe de ser el de priorizar un turismo sostenible y limitado, el cual no va a poder pasar en ningún caso por un crecimiento desmedido de la demanda, como se vaticina.
[1] Esto incluye el queroseno fósil, los biocombustibles (muchos de los cuales no son realmente sostenibles) y los combustibles sintéticos (o e-queroseno).
[2] Basado en un rendimiento medio de las refinerías de la UE del 9% en 2022.
[3]Suponiendo que todos los biocombustibles aporten beneficios climáticos reales.
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