Según un nuevo estudio de Transport & Environment (T&E), las emisiones de las furgonetas nuevas no se han reducido en los últimos tres años porque los objetivos de CO2 de la Unión Europeas han resultado ser poco ambiciosos. Los datos analizados por T&E muestran que la normativa comunitaria sobre emisiones de CO2 es tan poco exigente que la mayoría de los fabricantes de furgonetas consiguen cumplirla sin vender un solo vehículo de cero emisiones. Dado el incremento que se ha producido en las entregas de mercancías a domicilio, las furgonetas representan ya la fuente de emisiones de CO2 con un crecimiento más rápido dentro del transporte por carretera.
James Nix, responsable de transporte de mercancías por carretera de T&E, declaró: “La combinación de ventas crecientes de furgonetas y las altas emisiones de este tipo de vehículos han creado una especie de cóctel explosivo. La normativa sobre reducciones de CO2 de las furgonetas de la UE que entró en vigor a principios de 2020 debían garantizar que las furgonetas fueran más limpias, pero los fabricantes han tenido que hacer muy poco para cumplirlas. En el caso de Volkswagen, sus emisiones están incluso aumentando. Con los patéticos objetivos de reducción de CO2 actuales, la entrega de mercancías con furgonetas debido al auge del comercio electrónico se está convirtiendo en una pesadilla para nuestro planeta”.
Las emisiones totales de CO2 de las furgonetas han aumentado un 58% desde 1990. Con el aumento de las entregas a domicilio, las ventas de furgonetas han crecido casi un 60% desde 2012.
Solo el 2% de las furgonetas vendidas el año pasado fueron vehículos eléctricos, mientras que en automóviles el porcentaje fue del 10%. El análisis de T&E concluye que, a menos que la UE incremente los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para estos vehículos, las ventas de furgonetas eléctricas seguirán estancadas entre el 2% y el 8% en 2029. Y esto es así pese a que las furgonetas eléctricas de menor tamaño son ya más económicas que las de combustión, tanto en el precio de compra como en su utilización. Un estudio de Bloomberg NEF recientemente encargado por T&E demuestra que las furgonetas de todos los tamaños serán más baratas que sus equivalentes de combustión en 2026.
James Nix concluyó: “Las furgonetas eléctricas son la opción más lógica desde el punto de vista económico, pero los fabricantes no tienen incentivos para venderlas. Esto ha llevado a una situación absurda de contaminación. La próxima revisión de las normas sobre las emisiones de las furgonetas supone una oportunidad única para que la UE refuerce sus objetivos de modo que se dé un impulso a la penetración de las furgonetas eléctricas”.
T&E calcula que el actual y poco ambicioso objetivo para 2030 -una reducción del 31%- debería adelantarse a 2027 e incrementarse de manera continua hasta 2035. Esto debería combinarse con objetivos de penetración de furgonetas eléctricas, acelerando así su producción, de modo que la UE pueda conseguir progresivamente llegar al 2035 ya sin ventas de furgonetas nuevas que utilicen combustibles fósiles, algo que será necesario para completar la descarbonización en 2050.
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