Los ambiciosos límites legales que se aplicarán a casi 100 millones de coches nuevos permitirán mejorar la salud pública durante décadas
La industria automovilística europea está llevando a cabo una campaña de lobby muy agresiva y vertiendo declaraciones infundadas en un intento por frustrar los planes de la UE para reducir la contaminación del transporte por carretera, según ha revelado hoy el grupo ecologista Transport & Environment (T&E) en un documento informativo.
Dicho documento advierte que la salud de los ciudadanos se resentirá durante décadas si la industria consigue que se suavicen las nuevas normas que se han propuesto en materia de emisiones de coches, furgonetas, autobuses y camiones. La norma Euro 7 fijará los límites de emisiones para los casi 100 millones de coches de gasolina y diésel que se venderán en la UE a partir de 2025, cuando dicha legislación entre en vigor[1].
Isabell Büschel directora de T&E en España, sostiene lo siguiente: «Ya disponemos de una tecnología asequible que permite reducir considerablemente las emisiones de los vehículos por menos de lo que cuesta renovar la pintura de un coche medio. Estamos ante una oportunidad única para conseguir que en toda Europa respiremos un aire más seguro.
Sin embargo, en lugar de aprovechar la innovación para limpiar las emisiones tóxicas, la industria automovilística está presionando de forma agresiva contra el endurecimiento de la normativa e incluso recurriendo al juego sucio con afirmaciones completamente engañosas, según las cuales los costes asociados supondrían una amenaza para el empleo y las empresas. Los legisladores deberían ignorar el alarmismo generado por el sector y centrarse en hacer lo correcto para proteger la salud de millones de ciudadanos».
La reducción de la contaminación atmosférica es una de las principales prioridades del Pacto Verde europeo y la Comisión Europea está barajando diversas recomendaciones para las nuevas normas de emisiones de vehículos, tras haber convocado a expertos independientes para que analicen la mejor tecnología disponible.
Las emisiones del transporte por carretera son una de las mayores fuentes de contaminación atmosférica y la causa de una amplia variedad de enfermedades graves, tales como las cardiopatías, las enfermedades pulmonares y el cáncer. Cada año, la contaminación del transporte por carretera provoca miles de muertes prematuras en la UE[2], lo que supone un gasto para la sociedad de decenas de miles de millones de euros en costes sanitarios[3]. Es importante señalar que el aire contaminado tiene un impacto desproporcionadamente superior sobre los hogares con bajos ingresos y sobre las minorías.
En cambio, la Comisión Europea calcula que la adopción de una tecnología más limpia en lo relativo a las emisiones para cumplir con las normas Euro 7 supondría un incremento de entre 100 y 500 euros sobre el precio de venta de los turismos[4], es decir menos de lo que cuesta renovar la pintura de un modelo de vehículo medio como un VW Golf o un Ford Fiesta, que puede ascender a más de 700 euros. En el caso de los camiones, el cumplimiento de las normas implica añadir menos del 1% al coste total de propiedad en un periodo de cinco años.
Las decisiones de la UE sobre las normas Euro 7 repercutirán en la calidad del aire de Europa durante toda una generación. T&E calcula que se venderán 95 millones de coches entre 2025, fecha de entrada en vigor de la norma, y 2035, fecha en que la UE propone prohibir la venta de coches y furgonetas con motor de combustión interna (ICE). Hay que tener en cuenta que estos vehículos podrían seguir en carretera hasta 2050, puesto que la media de uso de los coches en la UE es de 11 años y en muchos casos de más de 15 años, especialmente en el este y el sur de Europa. Se prevé que se seguirán vendiendo camiones con motor de combustión interna hasta mediados de la década de 2030, o incluso después, y que muchos de ellos permanecerán en carretera durante 12 años o más.
El documento informativo titulado «The seven (dirty) air pollution tricks of the auto industry» (Los siete trucos (sucios) de la industria automovilística en materia de contaminación atmosférica) alerta de que la industria está tratando de poner a la opinión pública y los gobiernos en contra de la norma Euro 7, y generando miedos infundados al alegar que las nuevas normas más estrictas paralizarán las ventas y pondrán en peligro muchos puestos de trabajo.
La industria automovilística dedica miles de millones de euros a su campaña de lobby contra Bruselas
Solo en 2020, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Volkswagen, Daimler y BMW gastaron casi 9 millones de euros en presionar a Bruselas[5]. A principios de este año, la ACEA lanzó una campaña pública en contra de la norma Euro 7, alegando de manera totalmente infundada que la legislación equivaldría a la prohibición de los motores de combustión interna[6].
A pesar de que desde el sector sostienen que la norma Euro 7 será muy costosa y que no es viable desde el punto de vista técnico, el documento de T&E revela que las tecnologías de control de emisiones han progresado considerablemente desde 2008, cuando se acordaron las actuales normas Euro 6. Por ejemplo, tanto los catalizadores electrónicos que reducen drásticamente las emisiones al arrancar el motor por primera vez, como la bomba de vacío que limita las peligrosas emisiones de partículas de los frenos, son viables y asequibles.
La ACEA también publicó un estudio en el que se afirmaba que la norma Euro 7 tendría un impacto limitado en la reducción de la contaminación atmosférica y de sus efectos sobre la salud. Sin embargo, este estudio se basaba en normas de emisiones menos ambiciosas que las que se están planteando actualmente, y además, contenía numerosos fallos, como por ejemplo la omisión de los coches de gasolina, que constituyen la mayoría de los vehículos nuevos que se venden en la actualidad[7].
El documento advierte: «Desde hace mucho tiempo, la industria automovilística se dedica a alertar sobre las normas de emisiones, alegando que su cumplimiento será imposible, demasiado caro o que paralizará las ventas, para luego cumplirlas plenamente y atribuirse el mérito una vez que la normativa entra en vigor».
Por otro lado, se indica que la industria «tiene un largo historial de casos en los que ha intentado hacer trampas y eludir la normativa». En julio, la Comisión Europea impuso a Volkswagen y BMW una multa de 875 millones de euros por conspirar con Daimler para impedir el despliegue de la tecnología de emisiones limpias. Volkswagen ya ha pagado más de 32 000 millones de euros en sanciones e indemnizaciones relacionadas con el escándalo de emisiones Dieselgate, y cuatro directivos están siendo juzgados en Alemania por cargos relacionados con el fraude y la evasión fiscal.
La Comisión Europea tiene previsto presentar un borrador de propuestas Euro 7 antes de finales de este año y está estudiando las recomendaciones de expertos independientes en materia de emisiones. También reunió al Consorcio Europeo para Coches de Emisiones Ultrabajas (CLOVE) para que le asesorara sobre lo que es económica y técnicamente factible en la actualidad, y este organismo dedicó más de dos años a investigar las mejores tecnologías de emisiones disponibles.
El CLOVE ha propuesto reducciones bastante drásticas en las normas Euro 6 para una serie de emisiones perjudiciales para la salud: el óxido de nitrógeno (NOx) se reduciría de 80mg/km a 20mg/km y las emisiones de partículas en más de un 80%.
T&E también pide que la norma Euro 7 elimine las lagunas que permiten a los vehículos sobrepasar sustancialmente los límites legales, por ejemplo, durante las aceleraciones rápidas y los trayectos cortos en dentro de la ciudad. En el ámbito urbano, los camiones pueden emitir hasta ocho veces el límite legal de NOx porque las pruebas oficiales actualmente no contemplan la conducción a baja velocidad.
El documento afirma que: «La norma Euro 7 debe garantizar que los límites de emisiones se apliquen en todas las condiciones de conducción y durante toda la vida útil del vehículo para evitar trasladar el problema de la contaminación atmosférica a los Estados miembros menos ricos».
[1] Según el modelo interno de T&E sobre las normativas de CO2 para los coches de la UE, incluyendo los datos de producción aportados por IHSM.
[2] Se estima que en 2015, se produjeron 42 000 muertes, de las que 13 000 tuvieron lugar en Alemania, 7800 en Italia y 6400 en Francia. ICCT (2019). A global snapshot of the air pollution-related health impacts of transportation sector emissions in 2010 and 2015. Ver tabla 4.
[3] Se estima que los costes totales en 2016 se sitúan entre 66 000 y 80 000 millones de euros, casi en su totalidad destinados a atención sanitaria. EPHA. (2020). Health impacts and costs of diesel emissions in the EU. Ver tabla 2.
[4] Declaraciones de Kerstin Jorna, directora general de mercado interior, industria, emprendimiento y PYMES, ante la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (15 de junio de 2021).
[5] Presupuesto combinado para 2020 de la campaña de lobby realizada por ACEA, VW, Daimler y BMW tal y como aparece en el registro de transparencia de la UE con fecha de agosto de 2021.
[6] Autocar: Analysis: new rules could make ICE engines unviable by 2026 (28 de mayo de 2021). Ver también Euractiv. EU plotting ban on internal combustion engines as of 2025: industry. (2 de marzo de 2021)
[7] ACEA. (2021) AERIS Air Quality Report – Euro 7 impact assessment
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