El canal empresa en España es responsable del 56% de las nuevas matriculaciones, pero sólo un 5.1% son de vehículos cero emisiones
Seis de cada diez matriculaciones de vehículos nuevos en Europa pertenecen al canal de empresas, según un nuevo informe. Esto quiere decir que el cliente particular, a pesar de ser el más importante dentro del parque automovilístico nacional existente, no influye de la misma manera a la hora de definir el flujo de vehículos nuevos y la renovación de dicho parque en comparación con el canal empresa. Por eso, descarbonizar este segmento es fundamental para cumplir con los objetivos contenidos en el Pacto Verde Europeo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y situar a Europa en la senda de la neutralidad climática para 2050.
En España, la razón principal de dirigirse al canal empresa es que estos vehículos se suelen conducir el doble de kilómetros en un año que los vehículos privados, lo que supone que son responsables del 72% de las emisiones totales de CO2 de los vehículos de nueva matriculación.
Otro claro indicador de la creciente importancia del canal empresa son las ventas del sector del renting, que están experimentando un crecimiento constante en Europa, y representan ya más del 50% de las compras de vehículos nuevos. De hecho, se prevé que alcance casi el 70% en 2030.
Si analizamos los datos por países, el ranking lo lidera Portugal con un 79% de las nuevas matriculaciones pertenecientes al canal empresarial. En España, sin embargo, esta cuota es menor y representa un 56%.
Otro motivo sustancial para priorizar la descarbonización del canal empresa es que dado que su periodo de propiedad es más corto, los vehículos corporativos entran en el mercado de segunda mano al cabo de pocos años y a un precio más bajo, lo que significa que son una fuente de coches eléctricos asequibles para los hogares.
Óscar Pulido, Responsable del programa de electrificación de flotas de T&E en España: “El canal empresa es una de las vías más ágiles para dar un empuje a las matriculaciones de vehículos eléctricos. Su electrificación debería ser una de las prioridades a la hora de plantear la hoja de ruta para la descarbonización del transporte por carretera. Entre las razones para ello está el peso de este segmento dentro de las nuevas matriculaciones, pero también porque las empresas compran los vehículos basándose en el TCO, y disponen de herramientas fiscales únicamente aplicables a ellas. Esto supondría a medio plazo una oferta más amplia de vehículos eléctricos en el mercado de segunda mano”
España experimenta, como otros países europeos analizados, esta tendencia. Sin embargo, existe una diferencia fundamental con el resto de países y, sobre todo con Portugal, y es que la adopción de vehículos eléctricos en el canal empresa es claramente inferior (un 5,1% en España, por un 18,3% en Portugal). Así pues, mientras que el canal empresa sigue copando casi el 56% de las nuevas matriculaciones en España este segmento, si nos fijamos en cuántos de esos vehículos son íntegramente cero emisiones se observa una aceptación de los vehículos eléctricos de batería ligeramente inferior que en el canal privado (un 5,1% frente a un 5,9%).
Por lo que se concluye que en España el canal empresa está matriculando más vehículos de combustión interna e híbridos enchufables (PHEVs) que el canal privado. Esta tendencia debería ser a la inversa, dado el músculo financiero que tienen las propias empresas, así como las herramientas y medidas fiscales aplicables solamente a su canal de venta.
De toda la UE, Portugal es el país que mayor cuota de matriculaciones de vehículos de empresa tiene pero además está registrando más vehículos eléctricos en este segmento que en el canal privado (un 18.3% frente al 13.8% del canal privado)
Una de las claves que diferencia a Portugal de España, es el diseño de las normativas aplicadas en el canal empresa. Un sistema bonus-malus y una clara diferenciación dentro de las medidas donde se bonifica a los vehículos de cero emisiones, implementados en el país luso, son sin lugar a dudas una de las razones por las cuales el porcentaje de vehículos 100% eléctricos matriculados es aproximadamente 3 veces superior al de España. Entre las medidas donde existe una clara diferencia con el país vecino es en la retribución en especie, la deducción del IVA, o el impuesto de sociedades.
El gobierno español debería reformar la fiscalidad de los vehículos de empresa, incentivando la adopción de vehículos de emisiones cero mediante el aumento de la presión fiscal sobre los vehículos diésel, de gasolina e híbridos enchufables para aumentar aún más el diferencial fiscal total entre los vehículos de combustibles fósiles y los de emisiones cero. Algunas de las medidas más importantes en el ámbito de la fiscalidad de los vehículos de empresa son los beneficios en especie y las amortizaciones. En este sentido, Portugal (beneficio en especie) y Bélgica (amortización) son buenos ejemplos, donde se introdujo una reforma de estos impuestos que dio lugar a un auge de las ventas de vehículos de cero emisiones.
España debe reformar la fiscalidad de los vehículos a través de medidas dirigidas al canal empresa, y las ayudas y subvenciones a la compra de vehículos eléctricos, teniendo en cuenta criterios ambientales, para que sean recibidas por el consumidor y empresas de forma directa, sencilla y previsible.
Óscar Pulido, concluye: “España debe modernizar su fiscalidad acorde a los objetivos que se plantea referentes a la descarbonización del transporte y la adopción del vehículo eléctrico. Portugal es la prueba más clara de que una fiscalidad diseñada en coherencia con los objetivos es uno de los pasos clave. Si España no se quiere descolgar del resto de Europa, los cambios son necesarios de manera urgente.”
Paralelamente, España debe trabajar el diseño de una hoja de ruta de la automoción de aquí al año 2025 que permita promover la movilidad eléctrica garantizando el trabajo actual y futuro de calidad y los nuevos empleos asociados a toda la cadena de valor del vehículo eléctrico.
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