Los vehículos generan una octava parte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de Europa. La cantidad de CO2 generada está directamente relacionada con la cantidad de consumo de combustible de los vehículos. Por lo tanto, los vehículos con una emisión de carbono inferior son más eficientes y económicos por lo que respecta al consumo de combustible. Esta reducción del gasto en combustible para los usuarios estimula el consumo en otros sectores que generan puestos de trabajo.
En el año 2009, la Unión Europea estableció una serie de objetivos de obligado cumplimiento para reducir las emisiones de los vehículos nuevos a 130 gramos de CO2 por kilómetro (g/km) para 2015 y a 95 g/km en 2020. En julio, la Comisión presentó el resultado de su revisión de las modalidades (métodos) para alcanzar el objetivo de 2020. Su propuesta confirma el objetivo de los 95 g/km, pero se incluye una serie de flexibilidades innecesarias que suavizan el objetivo, lo que tiene como resultado una reducción de la venta de vehículos eficientes. Los beneficios derivados del Reglamento podrían haber sido mayores, si la Comisión hubiera tenido unos objetivos más ambiciosos. En este documento se describe cómo hubiera sido posible hacerlo y los beneficios que hubiesen resultado de ello.
T&E reaction to Automotive Plan: Positive steps on fleets, but the weakening of CO₂ targets and vague support for battery production will see Europe f...
T&E reaction to Ursula von der Leyen statement on Automotive Dialogue.
T&E president Arie Bleijenberg looks at what works when it comes to cutting pollution from cars